Relativamente barata y muy útil, la impresión 3D puede producir prácticamente cualquier elemento, desde juguetes hasta implantes humanos y medicamentos. Sin embargo, una reciente investigación muestra que esta revolucionaria tecnología, que se postula como una herramienta de trabajo recurrente en nuestro futuro, podría tener un ‘lado oscuro’ relacionado con la toxicidad.
Un reciente estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de California en Riverside, y publicado en la revista ‘Environmental Science and Technology Letters’, revela que algunas de las piezas producidas por impresoras 3D comerciales son altamente toxicas, e incluso mortales, para los embriones de peces cebra, publica la institución en un comunicado. Estos resultados han planteado preguntas sobre cómo deshacerse de los elementos y materiales de desecho generados por esta tecnología.
El interés por la seguridad de estos materiales se inició hace aproximadamente un año, cuando Shirin Mesbah Oskui, un estudiante graduado de la Universidad de…
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