UN CUENTO

Noel Salinas

Déjame, hermosa, que te cuente un cuento
déjame, Laura, que la noche es breve
deja mientras el cielo no me llueve
Déjame, hermosa, que te cuente un cuento.

Era una vez un corazón contento
que rojo, de rubor, fingióse rosa
iba, en verso, silbándote una prosa
y en cada sístole un copioso aliento.

Iba borracho el corazón violento
pero una espina le estorbaba el paso
pintaba amores al firmar un trazo
de pájaros sangrantes en el viento.

Un colibrí escarlata que le brota,
de arteria apasionada, va volando
y débil sigue el corazón cantando
una canción que suena en una nota.

Y aquella escarpia lastimosa hundida
clavada fue, y mordaz, a fuerza propia
dejando al músculo rodeado de la inopia,
y fue alevosa, nunca accidentada.

Sin darse cuenta el corazón cegado
amó al desaire y al amor prohibido
llevado fue directo hacia el olvido
pero era sordo y mudo y…

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